El día de ayer, Sanji, uno de mis gatitos y de los primeros que adopté paso a mejor vida, fue bastante difícil el verlo agonizar y ver como sus ojitos se iban apagando.
Mi pequeño ya venía enfermito y el año pasado pase meses dándole su tratamiento hasta que por fin pudo mejorar pero esta vez su enfermedad lo consumió en un par de días, lo acompañé en sus últimos momentos y fue tan desgarrador, siento que no quería irse, como si su cuerpecito aún estuviera luchando por quedarse, pero en sus ojitos se veía que ya no podía más. Hablé con él, le dije que todo iba a estar bien, que yo era fuerte y que me quedaba con sus hermanitos para seguir cuidándolos, que había hecho por mi más de lo que yo merecía y que se fuera tranquilo que yo era fuerte así que no tenía nada de que preocuparse.
Sanji,
junto a sus hermanos, Luffy y Zoro vinieron a darle una vuelta entera a
mi vida, llegaron en el momento exacto en que yo más los necesitaba,
hicieron que volviera a brillas e iluminar todo lo que se había vuelto
oscuridad, siempre vivirá en mi corazón y hasta el último de mis
suspiros, su recuerdo permanecerá como un tesoro en mi mente.
Gracias por todo, mi amor, que tu pequeña alma sea muy feliz y sin sufrimiento ahora que te haz vuelto eterno en el firmamento, mamá siempre te amará y recordara con mucho amor.
Hasta que el universo nos permita volvernos a reencontrar, espero te encuentre bien con todos tus hermanitos que también se fueron demasiado pronto.
Con todo mi amor. Leina.
Comentarios
Publicar un comentario